En los montes de Siero se desarrolla silencioso un proyecto pionero de cría de cerdos en libertad cruce de las razas Asturcelta y Duroc. De este Cerdo Asturiano ya están disponibles embutidos y compangos tales como el chorizo cular, el salchichón, lomo, compangos para fabada… y también algún corte fresco, como la selección de cachopos de Gochu de Monte asturiano, rellenos de su paletilla y quesos artesanales asturianos DOP.
¿Qué es el Cerdo Asturiano La Casería de Tierra Astur?
Se trata de animales 100% asturianos, nacidos, criados y sacrificados en el Principado. El Cerdo Asturiano es el cruce de cerdas hembra de raza Asturcelta con padre Duroc. Los animales nacen y viven en libertad en los montes asturianos.
¿Por qué cruzar el cerdo Asturcelta con el Duroc?
Este proyecto pionero busca aumentar el aprovechamiento cárnico de la raza de cerdos asturiana con el cruce con Duroc, que además le aporta una infiltración grasa al magro del animal que mejora sus cualidades tanto en productos frescos, como en embutidos.
Esta técnica es utilizada también por los criadores de cerco Ibérico con la misma finalidad y está amparada por la DOP.
¿Qué persigue el proyecto?
El proyecto de Cerdo Asturiano, emprendido por Tierra Astur – Crivencar, persigue dignificar una gama de productos, como es la de los derivados del cerdo, que en los últimos tiempos ha sido cada vez más desprestigiado en Asturias. El Cerdo Asturiano trata de seguir el camino ya abierto con otros productos como la Ternera Asturiana o los quesos artesanales; cuya calidad ya es indudable en el mercado.
El Cerdo Asturiano de La Casería de Tierra Astur, generador de economía y cerdos felices
El proyecto del Cerdo Asturiano La Casería de Tierra Astur es un claro ejemplo de economía circular y de aprovechamiento del entorno; siendo por tanto sin duda un proyecto que, además de las propias inversiones realizadas en reforestación y recuperación del entorno natural, es en sí mismo por definición respetuoso con el medio ambiente. También es generador de economía para el municipio de Siero, en el que está instalado, y para sus concejos vecinos; así como generador de empleo.
Además, la crianza de los animales, que permanecen entre un año y un año y medio en el monte (frente a los escasos 3 a 6 meses de cría de un cerdo común en granja), se hace cuidando en todo momento el bienestar de los propios cerdos. Pueden ser considerados por tanto como cerdos felices, a los que se garantiza un trato digno desde su nacimiento, hasta el momento de su sacrificio.